"Eso es muy amable de tu parte", respondió Willie.

Respondió a las preguntas con amabilidad.

Él respondió a la proposición de ella riéndose.

Ella respondió con vaguedad.

Ella respondió a Tom a las tres semanas.

-Tengo muchísima prisa... Por razones que no puedo decir -Dima le respondió a la mujer-. Por favor, sólo déjeme probarme ese traje de ahí.

- No -respondió la dependienta-. Estoy hablando en serio. Usted ya vio la etiqueta con el precio.

Respondió a su propuesta con una sugerencia sorprendente.

Nadie respondió a la pregunta.

No respondió a mi pregunta.

Él no respondió a mi carta.

—¡Walakum-us-Salam, Al-Sayib! —respondió Dima— ¿Qué andas haciendo estos días?

—Estoy bebiendo Fanta y diciéndoles a los novatos que cierren la boca —respondió Al-Sayib, tomando un sorbo de la susodicha Fanta—. Espera, ¿quién es?

—¡Walakum-us-Salam, Al-Sayib! —respondió Dima, aumentando el volumen de su teléfono esta vez, para evitar hacer de ésta una oración duplicada— ¿Qué andas haciendo estos días?

—Estoy en una tienda Armani comprándome un traje, por supuesto —respondió Dima.

Ella respondió llorando.

Ella no respondió mi pregunta.

–No –respondió Dima–, para ayudarme a comprar este armani. Estoy sucio, ¿recuerdas?

Respondió amablemente a la pregunta.

El presidente amablemente respondió mi carta.

"Soy japonés" respondió el niño.

Respondió a sus padres.

Ella no respondió.

El hermano menor respondió, "He oído: 'Quien tenga miedo de las hojas no debe entrar en el bosque'".

«Me pegas porque me odias» «No, te pego porque te quiero -respondió la chica».

El candidato respondió con argumentos poco convincentes.

Ella respondió rápidamente a mi carta.

-No -respondió la dependienta-. Estoy hablando en serio. Ya ha visto el precio en la etiqueta.

Me respondió con una sonrisa.

Ella no respondió a mi carta.

Jim respondió mi pregunta sin dificultad.

Ella arrogantemente respondió en mi lugar.

Tom no respondió todas las preguntas.

"Esto es más barato que un sombrero nuevo", respondió Susan.

Cuando a Zeno le preguntaron qué era un amigo, él respondió: "Otro Yo".

Una vez un hombre le preguntó a Diógenes cuál era el momento adecuado para la cena, y él le respondió: "Si usted es un hombre rico, cuando le apetezca, y si usted es un pobre hombre, cuando pueda."

"Solo estoy pensando acerca de mi deseo," respondió el pequeño conejo negro.

"Yo solo desearía poder estar contigo por siempre y para siempre," respondió el pequeño conejo negro.

Ven, respondió Jesús.

Nadie respondió a mi pregunta.

Ella no respondió a todas las preguntas.

Al preguntársele de qué país venía, él respondió, "soy un ciudadano del mundo".

Tom respondió a las preguntas del policía.

"Soy japonés", respondió el chico.

Por miedo o por orgullo no respondió.

Él siempre fue un chico muy callado, pero sorprendió a todos cuando respondió la pregunta del profesor.

Tom no respondió a la pregunta de Mary.

Amablemente respondió a la pregunta.

Ella le preguntó por qué lloraba, pero él no respondió.

Él respondió incorrectamente.

Finalmente, Edipo respondió.

Jesus les respondió.

Tom respondió a todas las preguntas que le hizo Mary.

Él respondió brevemente.

Ella me respondió.

Tom respondió detalladamente.

Él respondió que el tren llegaría pronto.

Respondió que nunca había visto al hombre antes.

A esta carta, Meier respondió: Sí.

Él respondió que no sabía francés.

A pesar de ser inocente, el acusado no respondió a las acusaciones.

Ella respondió con lágrimas.

Él respondió muy rápido a mi carta.

Tom no respondió al mensaje de correo electrónico de Mary.

"Sí", respondió Dima mientras limpiaba de su manga derecha un pedacito de pescado a medio comer. "Desearía adquirir aquello de allí"

"Sí, madre", le respondió la antipática mujer mientras escupía una rana y una serpiente.

¿Y qué respondió ella?

"Tranquilo y no llores", respondió la rana, "yo la encontraré".

Smith respondió que lo sentía.

"Jamás en la primera noche..." respondió ella sonriendo.

"Se me olvidó", respondió ella.

Él respondió a sus padres.

Él guardó un largo silencio y la contemplaba, hasta que abrió finalmente levemente los labios y preguntó: "¿Tú me amas?" Ella se arrodilló frente a él, reposó su rostro en su rodilla, alzó sus ojos hacia los suyos y respondió con una mirada llena de lágrimas.

Tom, desesperado, aulló: «¡Mary! ¿Dónde estás?» desde el extremo izquierdo de la frase. «Me temo que, de ahora en adelante, voy a estar en el lado más opuesto posible de ti» respondió secamente Mary.

Tom respondió todas las preguntas de Mary.

"¿Cuántos esclavos necesita llevarse de África?" preguntó el jefe africano. "Todos los que tengan más de diez años y que vivan en la costa oeste de África desde Marruecos hasta Sudáfrica" respondió el capitán portugués.

El teléfono móvil de Tom sonó y él respondió.

«Parece que usted se conoce muy bien el campo.» «Eso creo» respondió Tom, sonriendo.

Él respondió que no lo sabía.

Ella respondió con facilidad.

No respondió.

Él respondió que podía nadar bien.

Siguió leyendo y no me respondió.

Él respondió con una sonrisa.

Cuando le dijeron que habían visto a un embajador estadounidense entrando a hurtadillas en la habitación de otra persona, el presidente Kennedy respondió "supongo que tendré que contratar a embajadores más rápidos".

Nadie respondió.

No respondió al teléfono, así que le mandé un correo.

Él respondió todas las preguntas en diez minutos.

Tom respondió inmediatamente.

Tom respondió diplomáticamente.

Tom no respondió a mis llamadas.

Tom respondió a mi pregunta.

"¿Con que nombre quieres ser llamado?" — Y el nuevo pontífice respondió: "Me llamaré Francisco."

Golpeé la puerta, pero nadie respondió.

La llamé para decirle que se había olvidado su teléfono en mi casa, pero no respondió.

Les pregunté qué tal estaba la cena, pero no me respondió nadie.

Tom respondió.

La madre llamó a los niños uno por uno por su nombre, pero ninguno respondió.

Tom respondió a todas nuestras preguntas.

Le pregunté a Voltaire si todavía podía hablar inglés. Él me respondió: "No, para hablar inglés hay que arrastrar la lengua entre los dientes, y ya no me quedan dientes."

Le pregunté varias veces, pero simplemente no respondió.