—¿Qué pasa? —preguntó el pequeño conejo blanco.

—¿Cuál es tu deseo? —preguntó el pequeño conejo blanco.

"¿Un gato?" preguntó el hombre viejo.

"¿No nos hemos encontrado antes?", preguntó el estudiante.

—¿Cómo te sientes? —preguntó él.

Una mujer me preguntó por una calle.

"¿De verdad quieres eso?" preguntó el pequeño conejo blanco.

Ese anciano me preguntó la hora.

Me preguntó si yo sabía el número de teléfono de ella.

Él me preguntó si estaba ocupado.

Él me preguntó si podría hacerle un favor.

Me preguntó que cuántos años tengo.

Él preguntó a su esposa si iría con él.

Él le preguntó a ella si era Jane.

—¿Cuántas llaves? —preguntó Pepperberg.

Él me preguntó si sabía hablar inglés.

Él me preguntó hacia dónde ir.

-¿Usted querría comprar un traje? -la dependienta le preguntó a Dima, que trajo al entrar por la puerta el olor de la noche anterior.

-¿Pero no piensa que es un poco grande? -preguntó la dependienta.

Mi padre me preguntó si me llevaba bien con la familia Jones.

- ¡¿Cómo ha conseguido meter una maleta dentro de su bolsillo?! -preguntó la mujer anonadada.

-¿"Historia"? -preguntó la mujer- ¿Qué quiere decir?

- ¿Sabe cuál es el prefijo del Líbano? -preguntó Dima.

Ella me preguntó si podía usar el teléfono.

—¿Dima? —preguntó el hombre al que Dima había llamado "Al-Sayib"— Lo siento, no conozco a ningún Dima. Creo que se ha equivocado de número.

Cuando me la encontré el otro día, me preguntó por mis padres.

—¿Y bien? —preguntó la dependienta impaciente una vez que Dima hubo terminado la llamada— ¿Ahora todo está listo?

Me preguntó dónde vivía ella.

—¿Será posible...? —Dima se preguntó— ¿Habré encontrado por fin al Al-Sayib correcto?

—¡¿Pero dónde estás, Dima?! —preguntó Al-Sayib, cogiendo una toalla para secar la Fanta derramada.

—¿Televisión internacional? —preguntó Dima— ¿De qué estás hablando, Al-Sayib?

—¿Qué quieres decir? —preguntó Dima, pero eructó, ya que si hubiera permanecido en silencio esta oración habría sido demasiado simple.

—Durmiendo en un contenedor, ¿eh? —preguntó Al-Sayib— Ésa tiene que haber sido una experiencia apestosa.

—¿Y quiénes eran esos 25? —preguntó Al-Sayib— ¿Amigos tuyos?

–¿Acaso los amigos se acuestan con amigos y luego los matan? –preguntó Dima a su vez.

–¿Novatos? –preguntó Dima con un ligero tono de enfado en la voz– ¡Esto no es un videojuego, Al-Sayib! ¡Esto es la vida real!

–¿Para contratar a un buen abogado? –preguntó Al-Sayib.

Preguntó por ti.

Mi madre me escribió y preguntó por mi salud.

Él le preguntó a ella si quería quedarse, pero ella no quiso.

Mi amigo me preguntó si me sentía bien.

Mi padre me preguntó si yo podría llevarme bien con la familia Jones.

Ella me preguntó si pasaba algo.

Ella preguntó por él.

Él me preguntó cómo llegar al museo.

Preguntó si me gustaba la comida china.

Le preguntó a su mujer si venía con él.

Ken preguntó por su padre.

Él me preguntó qué necesitaba.

Mary preguntó por su padre.

Me preguntó cuál era mi nombre.

-¿Qué clase de sensación? -le preguntó la dependienta.

Mary preguntó si el gato había bebido toda la leche.

Ella nos preguntó si nos gustaría cocinar.

Ella preguntó por su amigo.

Me preguntó si ella vendría.

Un admirador una vez le preguntó a Cristóbal Colón cómo conseguía reunir fondos para todos sus asombrosos viajes. Colón entonces le llevó a un callejón abandonado, sacó una pistola y le dijo "Así".

Él le preguntó a ella dónde vivía.

John le preguntó a Mary si quería ir de tiendas con él después de comer.

Me preguntó por qué me reía.

Ella preguntó cómo cocinar el pescado.

Ella se preguntó dónde estaba Sam y qué estaba haciendo.

Ella preguntó si podía usar el teléfono, entonces la dejé.

Ella preguntó por su padre.

Tom le preguntó a su padre si podía ir al cine.

Ella me preguntó si conocía la dirección de Tom.

Él se preguntó por qué no había venido ella.

—¿No tienes nada mejor que hacer que traducir estúpidas frases en Tatoeba? —le preguntó ella.

Un policía les preguntó a las muchachas si el coche era de ellas.

Me preguntó mi edad.

Me preguntó por mi edad, nombre, dirección etc.

Ella me preguntó: "¿Quién llegó primero?"

Tras caminar durante horas, Pablo se preguntó cómo no había llegado todavía a su destino.

-¿Sabéis las razones por las que estáis aquí? -preguntó el policía mirándolos con fijeza.

Ella me preguntó por el resultado del examen.

Ella le preguntó si era feliz.

Antes de confesarme, el cura me preguntó: «¿Cuáles son tus pescados?»

Me preguntó quién había pintado ese cuadro.

El hombre me preguntó quién era yo, a lo cual no consideré necesario responder.

Tom le preguntó a Mary por qué lloraba.

Tom le preguntó a Mary por qué compraba tanta comida.

Le preguntó a mi madre.

Me preguntó si me sentía solo, le respondí que sí.

Me preguntó quién era ese hombre.

"¿Qué vas a hacer con el dinero?" preguntó el policía.

Tom le preguntó a Mary dónde vivía, pero ella no quería decírselo.

Tom le preguntó a Mary qué debería llevar a la fiesta.

Juan le preguntó a María si le gustaría ir de compras esa tarde.

Me preguntó quién era.

«¿Cómo te atreves a exiliarme al final de esta frase?», preguntó Tom.

Me preguntó dónde estaba su libro.

El profesor le preguntó: "¿Cuál es la raíz cuadrada de 256?"

Preguntó por ti anoche.

Él le preguntó a Nancy si estaba libre al día siguiente.

Tom le preguntó a Mary qué clase de comida le gustaba.

Desconcertado por las enigmáticas observaciones de Sherlock Holmes, Watson se preguntó si Holmes estaría ocultando intencionadamente sus consideraciones acerca del crimen.

Un policía le preguntó a las chicas si el auto les pertenecía a ellas.

Él me preguntó si había dormido bien anoche.

-¿Qué estás haciendo aquí? -me preguntó sorprendido.

Un hombre se me acercó me preguntó si estaba bien.

Cuando se le preguntó qué vino le gustaba beber, él contestó: "El que le pertenece a otro."