Por alguna razón, el micrófono no había funcionado hasta entonces.

Como no había taxis, volvimos caminando.

Había como mínimo cinco pasajeros a bordo del tren.

Ya la había conocido.

Él vino cuando yo había salido.

Ya había sonado la campana cuando llegué al colegio.

Antes de que llegase el anochecer la sombra de ese árbol había alcanzado el muro.

Nos sorprendió escuchar lo que había pasado.

Sé que había una gran iglesia ahí.

Tom, quien había estado trabajando todo el día, quería un descanso.

Tras subir al tren, caí en la cuenta de que había olvidado la cartera en casa.

Él perdió el reloj que había comprado el día anterior.

Entre los invitados a la fiesta había dos mujeres extranjeras.

Había árboles tumbados por el tifón del día anterior.

Se le había dormido el pie derecho.

Sorprendentemente, no había ninguna persona en el pueblo.

Había muchos coches en la calle.

Él había venido al aeropuerto para recibir al Sr. West.

En otro tiempo, en ese pueblo había agricultores pobres.

Él me dijo que había visto esa pintura antes.

Se había dejado la puerta abierta.

Él miró a su alrededor, pero no había nadie.

Había dos pasteles.

Perdí el reloj que había comprado el día anterior.

Ella reconoció ese broche como el que había perdido dos o tres meses antes.

Se pensaba que ella se había graduado en la Universidad de Yale.

No había nadie alrededor.

No había esperado mucho cuando él llegó.

Él dijo que la había visto a ella un mes antes.

Por la cara de ella pareciera que no había ocurrido nada.

Cuando llegué a la escuela, la carrera había terminado.

Había unos pocos clientes en la tienda.

Por algo había estudiado él en el extranjero.

Jamás había oído tal cosa.

La distancia que él había corrido era mucho mayor de lo que yo pensaba.

Yo había pedido asiento de fumador.

Había dos mujeres a bordo.

Las lágrimas de ella relataban lo que había pasado.

En el parque había muchas parejitas.

Creí que había empezado a llover.

Había muchas cosas interesantes de ver.

Había rastros de tristeza en la cara de la mujer.

No había forma de sacar el corcho.

Había un rey que vivía en un viejo castillo.

Apenas había niños en la clase.

En la reunión había meramente seis personas.

Había estado leyendo revistas por un tiempo cuando ella vino.

En la cima de esa montaña había una torre.

En nuestros tiempos, había muchos estudiantes que aprobaban el examen de graduación sin estudiar.

No me había dado cuenta de la magnitud del problema.

Había dos tortas.

Bill no había estudiado lo suficiente, entonces suspendió.

A los seis años de edad él ya había aprendido a usar la máquina de escribir y le dijo al profesor que no necesitaba aprender a escribir a mano.

Bebí la leche que había quedado del desayuno.

Me llevé una gran decepción cuando me enteré de que no había aprobado el examen.

Para cuando volviste, yo ya me había ido.

Había suficiente comida para todos nosotros.

Había tantas cosas en su escritorio que no tenía ningún sitio donde escribir.

A los 25 años, ella había vivido en cinco países diferentes.

Había mucha niebla.

Había muchos muebles en la habitación.

Había cinco pacientes en la sala de espera.

Ella se llevó las manos a la cabeza cuando vio lo que había hecho.

Había que darle de comer al águila con la mano.

Había luz de luna ayer por la noche.

Lo mandaron a la cárcel por todos los crímenes que había cometido.

Ella lo llamo para darle algo que él había olvidado.

Yo nunca había escuchado inglés hablado tan velozmente.

Él se había cuidado.

Llegamos a la conclusión de que él había tenido la razón.

Él suspendió el examen porque no había estudiado lo suficiente.

Apenas había comenzado cuando empezó a llover.

El cuadro que él había pintado no era muy bueno, así que nadie lo alabó.

Él les dijo que se lo había pasado muy bien.

Afortunadamente, había una tienda Armani a la salida del callejón en el que Dima había dormido.

Afortunadamente, había una tienda Armani a la salida del callejón en el que Dima había dormido.

Había más que 20 personas.

Me encontré a un amigo a quien no había visto en tres años.

Nunca había visto un arcoíris tan bonito.

Había cientas de personas ahí.

Había un gato sobre la mesa.

Yo ya había escuchado esa canción una vez.

La noche anterior, Miguel había visto algunas sombras entrar por la ventana y bailar en la pared de su habitación, justo enfrente de su cama.

El dinosaurio no era grande como había imaginado la noche anterior, pero era verde, con escamas rojas y amarillas y un rostro muy amable.

Y por más de una hora ella fingió no saber lo que había para cenar.

¡¿Qué?! ¿No has hecho los deberes porque había un partido de fútbol? ¡Eso no es ninguna excusa!

Casi había terminado mi trabajo cuando llegó.

Hace muchos años aquí había un castillo.

Todavía no había ninguna señal visible de la primavera.

Sólo había seis personas en la fiesta.

Dijo que te había dicho que hablaras más lentamente.

—¿Dima? —preguntó el hombre al que Dima había llamado "Al-Sayib"— Lo siento, no conozco a ningún Dima. Creo que se ha equivocado de número.

Ayer no había ningún niño en el parque.

Ella sacó la botella de champán que había estado guardando para una ocasión especial.

La única razón por la que Fernando de Magallanes pudo declarar que había sido el primer hombre en atravesar navegando todos los meridianos del mundo es que Cristóbal Colón había decidido nadar.

La única razón por la que Fernando de Magallanes pudo declarar que había sido el primer hombre en atravesar navegando todos los meridianos del mundo es que Cristóbal Colón había decidido nadar.

Jamás había visto una vista más bella.

Enfadado con Leif Ericson por haberle robado el descubrimiento 500 años antes, Cristóbal Colón una vez escribió una rigurosa demostración matemática que demostraba que Ericson nunca había estado realmente en América del Norte. Desgraciadamente, ésta era demasiado difícil de entender incluso para los matemáticos más brillantes.

Para cuando lo intentó con el 966, Dima había empezado a perder la esperanza.

Antes había una chimenea aquí pero han de haberla quitado.

Él había vuelto de China.